¿No se puede aprender así?
Me gusta mucho aprender. Lo necesito. Cuando la gente me dice que estoy loco, que ya tengo una profesión, que por qué estudiar para otra cosa, les explico que, en realidad, lo que me gusta es estudiar. Que voy a ser un estudiante eterno. Que después de esto va a venir algo más. Una característica que tengo como aprendiente, es mi impaciencia: quiero saber todo ya. Como aprendiente impaciente de una LE, desde que comencé con ella, hace poco más de dos años, comencé a buscar todo tipo de recursos en Internet en los que apoyar mi aprendizaje. Para aprender rapidísimo. Como además en ese momento solo aprendía esa LE, estaba todo el tiempo buscando recursos, haciendo ejercicios, leyendo libros, largo etcétera. Al punto que Evelyn, quien tiene la culpa de todo esto como pueden leer aquí, dijera lo siguiente sobre mi persona.
- Mírenlo, parece un adolescente. Todo el día con esos libros. Ya ni nos habla.
Fuertes declaraciones. Ahora, uno de los métodos que utilicé para aprender rapidísimo, fue comparar la LE con el español. Para concluir que necesitaba aprenderlo. Y encontré que, en comparación con la diversidad de recursos que existen para apoyar el aprendizaje de otras LE, existen pocos, a la medida de lo que reclaman las masas en Internet, para apoyar el aprendizaje de ELE. Entonces, hice una lista de mis carencias, y una de ellas era que era un hispanohablante que no sabía nada de español, y menos de enseñarlo. Por eso llegué a este máster. Como buen impaciente, el plan a futuro estaba. Desde antes de empezar. Y lo previsible: se modificó, creció, y ya no es ni siquiera mío.
Mi formación universitaria pertenece a un área completamente diferente del conocimiento. Este máster representaba, por lo tanto, un enorme desafío, algo que me gusta muchísimo enfrentar. Comenzamos en Abril, y tuve la suerte de que ya a partir de Mayo logré formar parte de un grupo estable de trabajo. Estas tres chicas, docentes de LE con un bagaje teórico y práctico del que yo carecía, o carezco aún, lo compartieron conmigo de forma extremadamente generosa, y me ayudaron a adquirirlo y a lograr visualizarme como futuro docente de ELE.
Entonces, cuando me paro y miro a más de un año atrás, y cuando rememoro todo lo que pasó en este tiempo en el máster, entiendo que aprendí muchísimo, sí, pero que queda muchísimo por aprender. Adquirí muchísimas herramientas para lo que quiero hacer en el futuro inmediato, no solo el español, mi lengua, lo que venía a buscar. Adquirí también la experiencia en el aula. Mi primera clase como docente fue terrible, porque hice todo mal, pero luego… pude disfrutarlo. Y enseñar. Y aprender que el aula de LE es completamente diferente a lo que me imaginaba, a pesar de que voy a clases de LE casi ininterrumpidamente desde mis 9 años, cuando uno está del otro lado del mostrador. Y entendí, y es esta la parte que más me deja tranquilo conmigo mismo, que si quiero ser un buen docente de ELE tengo que seguir aprendiendo.
Como apuntaba antes, vine a este máster a tachar uno de los ítems de la lista de carencias, y vaya si logré hacerlo. Me llevo mucho más de lo que esperaba, y no solo desde el punto de vista de los conocimientos adquiridos: me llevo un equipo. Que me nutrió de ideas, de alternativas. Así, estamos empezando a crear el guión de contenidos que estarán en breve disponibles online. Claro, aprendimos tantas cosas en el camino que ahora buscamos agregarle cosas que antes, yo, cuando vine a buscar simplemente conocimiento sobre el español y su didáctica como LE, no había tomado en cuenta. Y más allá de lo virtual, algo que no consideraba en el antes, fui entendiendo durante el máster que sí, me gustaría pararme frente a un grupo de aprendientes. Y enseñar.
Comentarios
Publicar un comentario